Texto ficticio basado en una consigna de un taller en la facultad.
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El reconocido y
aclamado escritor estadounidense, Stephen King, sufrió un accidente
automovilístico en junio de 1999. King estaba caminando al costado de la ruta 5
en North Novell, cuando un Dodge Caravan modelo ’85 lo atropella y deja tirado
en una zanja de 4 mts. de profundidad. Aparentemente, el conductor, Bryan
Smith, iba manejando con su rottweiler,
motivo por el cual se distrajo y apartó la vista del camino. De todas formas,
llamó a los servicios de asistencia médica y el ayudante de comisario del
condado de Oxford, Matt Baker, fue el encargado de tomar las declaraciones en
las que se podía observar ciertas inconcordancias entre Smith y King.
El escritor estaba muy
dolorido pero lo suficientemente consciente como para dar los números de contactos
necesarios para que su familia fuera avisada. Lo internaron en el Hospital
Northern Cumberland y luego, fue trasladado al Hospital Central de Maine. Se le
practicaron 5 operaciones en 10 días más terapia física. El parte oficial
afirmaba que King tuvo el pulmón derecho colapsado, múltiples fracturas en la
pierna derecha, laceración del cuero cabelludo y la cadera fracturada. Estuvo 3
semanas internado, el 9 de julio del ’99 le dieron el alta, a pesar de que los
dolores y malestares continuaran.
Hasta aquí, la historia
oficial.
Tengo pruebas que
demuestran que el verdadero Stephen King falleció en ese accidente y quien hoy
continúa con su imperio es un impostor. La historia real que yo presento
demuestra que quien siempre escribió las obras de King fue Richard Bachman.
Normalmente, se asocia ese nombre con el pseudónimo que supuestamente utilizó
King para publicar ciertas novelas, pero he descubierto que este hombre existe
y es quien verdaderamente escribe para que King publique. Stephen King es una
fachada de Richard Bachman. De hecho, en un momento de su larga sociedad,
Bachman quiso abrir su propio camino (Fue ahí que publicó con su nombre entre
1977 y 2007 esporádicamente) y no tuvo tanto éxito como tuvo siendo King desde
un principio. Por lo tanto, desistieron de la idea y decidieron no separarse
nunca más. El problema no era qué pasaba si moría Bachman, ya que, King siempre
podría retirarse y vivir de las regalías de los libros ya publicados; pero si
moría King, ¿Quién iba a mostrarse en público cuando Bachman siguiera
escribiendo y publicando con ese nombre?
El hipotético escenario
se hizo efectivo cuando ese verano del ’99 King sufre este accidente y como
consecuencia de la gran cantidad de golpes y lesiones, no sobrevive. De forma
conjunta con la familia de King, Bachman resuelve mantener oculta esta
situación y buscar un reemplazante para seguir publicando bajo ese nombre. El
reemplazante fue nada más y nada menos que su hermano mayor David, ya que, por
el parecido y la nula exposición pública sumada al conocimiento de toda la
situación resultó ser la opción más adecuada.
La familia King tiene
dentro de su propiedad de Maine una casa apartada de la casa principal que hace
las veces de estudio de escritura de Stephen, pero, tras instalarme por unos
días en frente de su domicilio, logré sacar unas fotos donde si bien, no se
pueden distinguir rasgos perfectos, se nota que se trata de otra persona no
sólo de King. Esta otra persona es Bachman, que vive en este estudio y escribe
allí, mientras King aparenta hacerlo par a luego tener también algo de qué
valerse al hacer las presentaciones públicas de los textos.
Como última prueba, si
se comparan fotos anteriores con algunas posteriores al accidente del escritor,
se puede percibir unas leves diferencias, ya que, a pesar de no haber
conseguido más que un par de testimonios que resguardan la identidad de los
testigos, puedo afirmar que las supuestas operaciones médicas para reparar daños,
eran operaciones estéticas a David, para que se pareciera todavía más a su
hermano Stephen.
El relato va acompañado
de las fotos mencionadas y de la transcripción de dos entrevistas a dos
enfermeras que trabajaron, una en el Hospital Northern Cumberland y otra, en el
Hospital Central de Maine, de las que, reitero, no tengo autorización para
revelar su identidad. Respecto a estas entrevistas puedo adelantar que, la
primera, asegura que Stephen King ingresó tan grave que murió a las pocas
horas, y la segunda, que quien ingresó al Hospital Central no fue Stephen sino
alguien que se le parecía mucho, a pesar de haber sido ingresado con el nombre
del escritor y responder muy naturalmente al ser llamado “Sr. King”.