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“A
veces de noche, enciendo una luz para no ver.”
Antonio
Porchia.
No he leído más que
fragmentos de Antonio Porchia pero considero que fue un escritor en extremo
sucinto, un autor de culto para renombradas figuras de la literatura como André
Breton, Jorge Luis Borges, Roberto Juarroz y Henry Miller.
Todas sus Voces invitan
a una reflexión. Sobre la vida, el amor, el trascender y los sueños. Sobre lo
oscuro que puede ser el momento de explosión creativa para un escritor, sobre
por lo inesperado que se torna el proceso. ¡Qué difícil se hace por la noche!
Cuando todos los recuerdos que revolotearon durante el día, se organizan para
atacar de a uno la mente que intenta descansar. Por varios de sus aforismos se
deja entre ver la ensalada de catástrofes climáticas que debían de andar en su
cabeza.
Denotan una mirada bella del amor, de la locura, del miedo, de la
soledad, de la infancia y la adultez.
Personalmente, creo que
cuando Porchia escribía lo hacía para liberarse de todo aquello que se le
cruzaba en el pensamiento y que no lo dejaba dormir tranquilo. Él mismo, en
entrevistas, ha admitido que duerme para descansar, para vivir, que los sueños,
luego, no sabe distinguir si los soñó o si los pensó.